Ixí, Rà'khà, Yà'o (maíz, calabaza y quelite): Trabajando la milpa de traspatio en la Montaña Alta de Guerrero.

Resumen

El maíz representa en la cultura Mè’phàà la vida
misma, sin la preciada semilla no hay ni puede
haber subsistencia posible; la tortilla, los atoles, los
tamales y totopos constituyen parte esencial de la
alimentación de estos pueblos. Alimentos cotidianos
cuya materia prima es el maíz y se complementan
con la calabaza, el quelite y el frijol. Por lo que
todas estas especies, junto con las variedades de
maíz, son producidas también cerca del espacio
doméstico, el traspatio, lugar de trabajo
esencialmente femenino.
Para el tema que nos ocupa, es imprescindible tomar
en cuenta las consideraciones sobre los ecosistemas
y su influencia sobre los procesos sociales, de
producción y reproducción cultural. Parte
importante del contexto natural son las condiciones
climáticas que han sido determinantes en el tipo de
agricultura que se desarrolla en la región de La
Montaña Alta, una agricultura que se ha definido
como de subsistencia y que tiene como elemento
principal el maíz. La región Montaña tiene nichos
diversos donde éste último se cultiva sobre terrenos
con pendientes muy marcadas, en terrenos agrestes
y pedregosos y especialmente en los traspatios de
las comunidades.